martes, 25 de junio de 2013

La reforma de la adjudicación de becas y las mafias universitarias

Empecemos diciendo que el adjudicar becas dependiendo del mérito y el esfuerzo me parece una buena medida en general. Eso sí, como siempre, al estar metido el Estado de por medio, estropea lo que sería una buena medida. Y ello es debido a dos problemas básicos:

- Las becas siguen siendo subvención pública, lo que implica que se pagan con el dinero robado a todos mediante impuestos: El fin no justifica los medios, y el robo siempre es robo, independientemente del destino del dinero robado.

- Las universidades estatales son, y lo digo porque he pasado por una, un antro de mafias, tanto estudiantiles como, sobre todo, de los departamentos docentes, que son en última instancia los que tienen "poder" sobre el alumnado. Mafias en todos los sentidos, llegando a haber amenazas si es preciso para proteger sus privilegios, ideologías y "poderes". Todo esto viene al caso porque, en muchas ocasiones, las calificaciones en estas universidades estatales no vienen dadas por los conocimientos adquiridos sino por la relación de cada alumno con las diferentes mafias departamentales. La nueva condición para la obtención de becas da aún más poder a dichas mafias.

Si ya las universidades estatales españolas son de lo peorcito del mundo, con docentes que muchas veces ni siquiera saben escribir correctamente pero con puesto fijo, y sus títulos papel mojado, imaginen cuando aún más cantidad de titulados deban dicho título no a los en su mayor parte deficientes conocimientos adquiridos durante su paso por las mismas, sino a su servidumbre a las mafias internas existentes en las mismas.

El verdadero paso para volver a tener universidades que sean centros de excelencia educativa pasaría, como siempre, por cerrar todo el tinglado estatal de educación que, como siempre, acaba convertido en un antro de corrupciones, mafias y favores. Pasar a un sistema exclusivamente privado en el que sean becados, preferiblemente con fondos privados, los mejores estudiantes que así lo necesiten. Pero eso no sucederá, el estatismo y colectivismo imperante no se puede permitir que mucha gente se plantee que se puede vivir sin ser siervo del Estado, que se premien el mérito y el esfuerzo en lugar del servilismo y el fracaso.

Como apunte final, y aunque realmente no lo veo necesario lo escribiré para evitar demagogia barata, con esto no quiero decir que todos los docentes de universidades estatales sean como comento en el post. Hay muchos que son muy buenos y ponen ganas e ilusión en lo que hacen ("curiosamente" suele ser gente que lleva poco tiempo en ese puesto, aunque no siempre, claro). Pero esos buenos profesores no tendrían problema para trabajar en un puesto privado, como sí lo tendrían todos los del tipo expresado en el artículo.