martes, 24 de julio de 2012

Mi visión del liberalismo

Este post voy a dedicarlo a definir mi visión concreta del liberalismo. Evidentemente coincidirá en su mayor parte con las bases que tenga cualquier otra persona/escuela que se declare liberal, pero mi experiencia dice que cada uno tiene su propia visión concreta del mismo (es lo que tiene el individualismo), lo cual no es malo.

Bases fundamentales

El liberalismo parte, al contrario que practicamente el resto de corrientes políticas, filosóficas y/o económicas, de la supremacía del individuo sobre cualquier colectivo. Es decir, el individuo debe vivir para sí mismo y ningún grupo (colectivo) tiene derecho a sacrificarle por un supuesto bien común. Para ello, toda persona, por el hecho de serlo, tiene tres derechos fundamentales (los Derechos Humanos): a la vida, a su libertad y a su propiedad privada. No existen más derechos que estos, el resto o es una variación de alguno de estos o no es un derecho. Esto es importante, puesto que no es un derecho nada que dependa de otra persona. Tampoco existen los "derechos colectivos", por lo que la expresión "derechos individuales" es redundante, aunque sirve para remarcar este hecho. Por ejemplo:

- No existe un "derecho a la vivienda", sino el derecho a comprarla mediante libre comercio, o a construirla en un terreno de tu propiedad.

- No existe un "derecho a sanidad", o "derecho a educación", ya que depende de otras personas el concedértelo. Lo que sí existe es el derecho a comerciar y establecer contratos de libre acuerdo por ambas partes, de tal forma que alguien te dé una educación o cuide de tu salud, a cambio de algo que tú poseas y la otra parte valore.

Estos derechos individuales tienen su límite en los derechos de los demás. Es decir, cada individuo debe respetar esos mismos derechos en los demás. Hasta ahí, puede hacer lo que quiera.

Como puede haber conflictos entre individuos, debe existir un Estado que actúe de agente neutral para resolver esos conflictos, de garante de la defensa para evitar agresiones externas al grupo, y de la seguridad de los individuos que lo forman. De hecho, esas son las únicas funciones legítimas del Estado: justicia, defensa y seguridad. En ningún caso el Estado debe interferir en las vidas de los individuos, puesto que limitaría su libertad. El Estado tiene en exclusiva el poder de la coacción (es decir, de obligar a alguien a hacer algo en contra de su voluntad) y es financiado mediante el fruto del trabajo de los individuos, por lo que debe ser limitado al mínimo, ya que es un mal necesario, pero un mal al fin y al cabo.

Sobre el sistema de gobierno

Un gran problema de la tan alabada democracia como sistema de elección de jefes de Estado es el de la dictadura de la mayoría. La democracia "per se" no es buena. En un gobierno democrático podría ser que un 51% de la población decidiese sobre la vida o las propiedades del otro 49%. O un 99% podría decidir saquear o sacrificar al 1% restante. Cualquiera de las dos cosas es igualmente injusta. Por ello, un verdadero sistema de gobierno liberal no solamente debe ser democrático, sino limitado mediante una constitución que garantice los derechos fundamentales del individuo.

Como parte de esas garantías se encuentra la de no interferencia con la economía. Está aceptado por casi todo el mundo civilizado que el Estado no debe meterse en religión ("A Dios lo que es de Dios, y a César lo que es de César"), pero tampoco debe meterse en la economía, por el mismo motivo: incumple los derechos fundamentales del individuo, al interponerse en acuerdos voluntarios entre dos partes mediante la coacción. En un sistema de gobierno liberal, por lo tanto, no debe haber subvenciones ni excepciones de ningún tipo a ningún grupo o negocio, ya que eso incumpliría los derechos fundamentales del individuo.

Una vez garantizado lo anterior, cualquier gobierno estaría limitado a lo que puede hacer, y por lo tanto, sus elecciones dependerían exclusivamente de lo bien o mal que administren, y no de grupos de presión que quisiesen imponer sus formas de ver la vida, comportamiento, etc.

Así como un individuo puede hacer lo que quiera salvo lo que tenga legalmente prohibido, un funcionario del Estado actuando como tal debe tener todo prohibido salvo lo que tenga legalmente permitido.

El fin nunca justifica los medios. Es decir, por buena que sea la intención o grande que sea la necesidad de un individuo u otro grupo, nunca está justificado el uso de la coacción sobre otro individuo o grupo para solventar ese fin o necesidad.

Sobre las relaciones entre personas

El liberalismo está basado en el individualismo, es decir, cada uno es libre por sí mismo y responsable de sus acciones. Las asociaciones entre individuos deben ser libres y de mutuo acuerdo. El fruto del trabajo de cada individo le pertenece exclusivamente a él, y es libre de hacer con él lo que quiera.

En un sistema de este tipo caben otros sistemas. Por ejemplo: un grupo de personas que "no creen" en la propiedad privada y el libre comercio podrían juntarse en un terreno que oficialmente fuese de alguno, ceder su propiedad a todos y vivir en comuna sin problema ninguno, siempre que no obligasen a los demás a seguir ese mismo régimen.

Cada individuo debe tener derecho a expresarse libremente, por lo que puede intentar convencer a otros de que compartan sus creencias personales. Lo que no puede hacer es obligarles a seguir sus creencias o su forma de vida.

Por supuesto una persona es libre de discriminar y no tener tratos con quien quiera, por el motivo que sea (raza, sexo, color de pelo, tamaño del meñique...). Está en su libertad de hacerlo, aunque pierda con esa actitud (por ejemplo, un empresario que no contrata a una persona mejor preparada que el resto por cualquier motivo estará perdiendo una potencial riqueza, pero es su problema). Lo que no puede es violar los derechos de esas otras personas, es decir, atacarlas, robarlas, etc.

No se debe hacer a las personas iguales POR ley, sino iguales ANTE la ley. Es decir, el "igualitarismo" no es más que una lacra totalitaria.

Sobre la economía

La economía liberal se basa en el capitalismo y el libre mercado, esto es, pactos y contratos libres entre dos partes que beneficien a ambas, sin intervención de agentes externos como el Estado.

Creo que, aunque todo se resume en la frase anterior, es conveniente aclarar ciertos casos que pueden dar lugar a confusión. Por ejemplo:

- En un sistema de libre mercado el monopolio no existe. El monopolio solamente puede existir mediante la coacción del Estado, que establece una limitación en la oferta de un determinado bien. Por ejemplo, aunque Google ahora mismo esté practicamente en "monopolio" en el sector de buscadores de internet, realmente está ahí por ser el mejor. Cualquiera podría, dado el caso, competir y ganar a Google en dicho sector, si lo hace mejor. Sin embargo, Renfe sí es un monopolio del Estado: nadie, aunque lo pudiese hacer mejor, puede ni siquiera competir. Este segundo monopolio es malo, ya que falsea la economía e impide un desarrollo coherente y una optimización de recursos, con lo que además encarece el producto y lo vuelve ineficiente.

- Un sistema de libre mercado real no depende de bancos centrales ni de dinero fiduciario (es decir, sin una base real de riqueza que lo sustente, simplemente por coacción del Estado que hace de garante de la moneda). Ambas cosas intervienen el mercado y provocan desajustes, que pueden llevar y llevan a burbujas y a crisis.

Es decir, no debe haber organismos públicos interviniendo de ningún modo la economía.

Además, la riqueza no es un juego de suma cero, es decir, no es siempre la misma. La riqueza se puede crear y destruir. Esta es otra razón para no creer en el "reparto de riqueza" que tanto proclaman los colectivistas (la primera es que viola los derechos del individuo al robar el fruto de su trabajo). Si quitas su riqueza al que produce para dársela al que no lo hace, realmente empobreces a ambos a medio plazo y fomentas la pobreza. Por eso cualquier sistema colectivista (como el socialismo) acaba en miseria generalizada.

Conclusiones

Creo que, a grandes rasgos (esto podría dar para escribir varios libros) ha quedado clara mi visión de la vida como liberal.

Para terminar, creo que es conveniente aclarar ciertas cosas:

- Cuando leais que se llama liberalismo (con la etiqueta que queráis, como neo, ultra, etc) a subidas de impuestos, acciones de bancos centrales, etc., ni caso; la única etiqueta sería "anti": antiliberalismo. Eso es lo opuesto al liberalismo en cualquiera de sus formas y variantes. Es decir, el rescate de bancos y empresas quebrados NO es liberalismo. El subir el IVA o el IRPF NO es liberalismo. Y suma y sigue. Es la "neolengua" (ver "1984", de George Orwell) de los colectivistas totalitarios.

- Ojo al "liberal" anglosajón. Es equivalente al "progre" español. Allí al liberal se le llama "libertarian", por lo que a veces, para aclarar, en España escribimos "liberal libertario" o similar.

Y por último, una recomendación. Dos libros para leer:

- La Rebelión de Atlas: Una novela que encarna los valores del Objetivismo, una filosofía liberal creada por Ayn Rand. Además, os dará la impresión de que estáis viendo justo lo que está pasando en España y Europa estos días, y eso que fue publicado en 1957.

- Camino de Servidumbre: Escrito por Friedrich von Hayek. Como dice una amiga mía, es el "antídoto" del colectivismo. Quizá más pesado de leer que el anterior al ser éste un ensayo, pero también más corto. Muy interesante.

miércoles, 11 de julio de 2012

¿El final del Bienestar del Estado? Va a ser que no, al menos todavía

Ya están aquí las últimas medidas del gobierno socialdemócrata de Mariano Rajoy, seguramente impuestas por la Unión Europea, porque no creo que Marianico el corto se atreviese a "tanto". Vamos a ir desglosando...

1.- Eliminar la paga de Navidad de los funcionarios: O sea, básicamente bajarles el sueldo. Creo que mejor hubiese sido empezar a despedir y a privatizar empresas públicas. Eso sí, también cargos electos y políticos, por supuesto. Tenemos demasiados políticos.

2.- Subida del IVA del 18% al 21% y del reducido del 8% al 10%: Una estupidez, aunque al final puede hasta ser beneficiosa, pero no por el Estado, sino precisamente porque promoverá justo lo contrario de lo que pretende. Aumentará espectacularmente el mercado negro y la economía sumergida, incentivando el consumo y generando riqueza. Además esta riqueza estará fuera de las manos del Estado. El IVA es más fácil de esquivar que otros impuestos como el IRPF.

3.- Reducción de un 20% de las subvenciones a partidos y sindicatos: ¿Y por qué no un 100%? Es más, ¿por qué no eliminar todas las subvenciones directamente y ahorramos tiempo y dinero robado, de paso que eliminamos parásitos? Buena medida pero escasa.

4.- Eliminar las bonificaciones a la contratación: Absurdo. Debería eliminarse cualquier legislación que entorpezca la contratación, como el SMI, los convenios, etc. La contratación debería volver a ser un contrato libre y voluntario entre el empresario y el empleado, donde ellos dos decidiesen las condiciones del mismo.

5.- Reducción de los días de libre disposición de los funcionarios: Ver punto uno.

6.- Ajuste del número de liberados sindicales: Lo mismo del punto 3. ¿Por qué tiene que haber liberados sindicales pagados con el dinero de todos? Que los pague el sindicato correspondiente, una vez financiado con las aportaciones de sus socios. Medida buena pero escasa, muy escasa.

7.- Reducción de la prestación por desempleo a partir del sexto mes: Otra medida escasa. Mejor una privatización de ese tipo de seguros. Que cada uno contrate el seguro que mejor le resulte, y se entre en libre competencia. Igual que los seguros de automóvil o cualquier otro. ¿Por qué tiene el Estado que decidir las condiciones de mis seguros?

8.- Eliminación de la deducción por compra de vivienda habitual: Cualquier impuesto es intrínsecamente injusto, y esto incrementa el robo estatal. Esto solamente es recaudatorio. Es evidente que es lo que se pretende, pero sería mucho mejor reducir el tamaño del Estado, con un problema de elefantiasis. Además, esta medida reducirá el consumo al dificultar el acceso a la primera vivienda. Pan para hoy y hambre para mañana. Keynesianismo.

9.- Reducción del número de concejales en un 30%: Buena medida pero incompleta, para variar. ¿Por qué no mejor eliminar CC.AA., pequeños ayuntamientos, diputaciones, etc? El problema que tenemos es que hay un Estado gigantesco.

Resumiendo: Son medidas encaminadas a mantener en la medida de lo posible el Bienestar del Estado. Mejor que subir impuestos, hubiese sido bajarlos y terminar de rematar el mal llamado Estado de Bienestar, que no es más que el Bienestar del Estado y la cultura de la subvención y el parasitismo. Hay que reducir el tamaño del Estado al mínimo imprescindible, garantizar los únicos derechos que existen, que son los del individuo, e intentar pagar la deuda contraída en nuestro nombre por esos incompetentes para pagar parásitos. Esa es la verdadera forma de crear riqueza y prosperidad para todos. Aún así, algunas no son del todo malas, pero como siempre con estos gobiernos "socialdescafeinados", incompletas y que seguramente tengan el efecto contrario al que se persigue.

Y sobre los planes del gobierno de recaudar 65.000 millones en dos años, me río yo. Estos siguen sin enterarse de qué es la curva de Laffer...

Los parásitos del carbón

La crisis de la socialdemocracia, es decir, del robo institucionalizado disfrazado de democracia, está consiguiendo que muchos grupos de parásitos subvencionados salgan a la calle ante el fin de su vida de robo. Como es el caso de los mineros asturianos, que llevan más de 30 años subvencionados con unas condiciones excepcionales, mientras el resto pagamos sus vidas con el recibo de la luz doblemente, ya que pagamos su subvención y además usamos su carbón, de muy baja calidad. Y con ellos se están manifestando el resto de parásitos de la extrema izquierda: sindicatos (por supuesto), los del 15M, los titiriteros "kulturetas" y demás fauna. Todos los que quieren ser mantenidos con el dinero de los demás.

Vergüenza da ver cómo hay gente que aún apoya todo esto, algo solamente explicable desde el punto de vista anterior, es decir, gente que también vive o quiere vivir a costa del fruto del trabajo de los demás. Esto da confirmación al anterior post, en el que se demostraba que apenas el 30% de la población española produce riqueza y el 70% restante vive de ella. Esta es la situación que hace a España insostenible. El socialismo (en cualquiera de sus variables) fracasa cuando se acaba el dinero de los demás. Y el dinero de los demás se ha acabado. Mineros y demás parásitos pueden chillar todo lo que quieran y hacer de matones y terroristas, el Estado puede intentar mantener con vida un sistema socialdemócrata agonizante, pero no tendrá éxito.

No hay más dinero para mantener parásitos, ya no hay queso que roer. Es la hora de que los parásitos mueran de hambre. La lástima es que tampoco hay una "Quebrada de Galt" donde refugiarse de la tormenta, y a ese 30% de la población que produce le esperan tiempos duros, hasta que hayan desaparecido los saqueadores. Esperemos aprender y pasar a un sistema de liberalismo en el que se respeten los derechos individuales (los únicos que existen, el resto son privilegios): a la vida, a la libertad individual y a la propiedad privada. Cualquier otra opción es suicidarse.